Se abren los archivos: la verdad sobre los años 60 y 70 en Argentina sale a la luz.
24 de marzo de 2025, Buenos Aires.
Hoy, en un día que ya es histórico para los argentinos, el gobierno nacional desclasificó miles de documentos que revelan detalles inéditos sobre lo que pasó en el país durante las décadas de 1960 y 1970. Estos archivos, guardados bajo llave por años, cuentan una historia cruda y compleja: guerras internas, golpes militares, desapariciones, secuestros, ejecuciones, actos terroristas y el accionar de organizaciones paramilitares. Todo eso marcó la vida de millones y dejó heridas que todavía no cierran.
¿Qué dicen estos documentos?:
Los papeles desclasificados abarcan un período que va desde fines de los 50 hasta los 80, pero se centran especialmente en los 60 y 70. Hablan de una época de mucha violencia y caos. Por un lado, están los enfrentamientos entre grupos revolucionarios, como Montoneros o el ERP, que querían cambiar el sistema a través de las armas, y el Estado, que respondió con mano dura. Hubo atentados, secuestros y asesinatos que dejaron al país en vilo. Pero también se detalla cómo los gobiernos de turno, tanto civiles como militares, usaron medidas extremas para “poner orden”. Desde estados de sitio hasta el golpe militar de 1976, los archivos muestran cómo se organizó una represión que incluyó detenciones masivas, centros clandestinos y miles de desapariciones. Hay listas de nombres, fechas y lugares que confirman lo que muchos ya sospechaban, pero que ahora queda escrito en blanco y negro.
Números que duelen:
El informe oficial de la CONADEP, publicado en 1984, registró 8.961 casos de personas desaparecidas durante la dictadura militar. Además, un anexo del «Nunca Más» detalla que entre 1969 y 1976 hubo 1.169 desaparecidos, una cifra que algunas organizaciones terroristas habrían negado u ocultado porque va en contra de su relato del “demonio único”, que pone todo el peso de la violencia en el Estado y borra los crímenes de la guerrilla. Por otro lado, el Registro Único de Víctimas del Terrorismo de Estado, según la Secretaría de Derechos Humanos, contabiliza 6.348 desaparecidos y 952 ejecutados a la luz pública, dando un total de 7.300 víctimas entre ambos grupos. Estos números contrastan con la cifra de 30.000 desaparecidos que se popularizó durante años. Según un video oficial emitido por Casa Rosada el 24 de marzo de 2025, narrado por el escritor Agustín Laje, ese número habría sido inflado por las organizaciones de izquierda para conseguir fondos de Europa, manipulando la memoria colectiva y negando la existencia de una guerra revolucionaria en los 70. En ese video, titulado como un llamado a la “memoria completa”, se destacan los crímenes de la dictadura pero también los de las guerrillas como Montoneros y el ERP. Se menciona, por ejemplo, que entre 1969 y 1979 estas organizaciones cometieron más de 5.000 atentados explosivos, 1.000 secuestros y 1.500 asesinatos, según datos del Juicio a las Juntas de 1985. Además, se calcula que llegaron a tener hasta 25.000 integrantes en su momento de mayor fuerza, de los cuales 15.000 eran combatientes armados. El mensaje del video insiste en que no hubo solo un “demonio” –el Estado–, sino que la violencia vino de ambos lados, y cuestiona la cifra de 30.000 como una herramienta política más que un dato real. Más allá de los bandos, lo que queda claro al leer estos documentos es que no fue una historia de buenos contra malos. Hubo violencia de todos lados: grupos armados que mataron policías, militares y empresarios; paramilitares como la Triple A que actuaron en las sombras; y un Estado que, en nombre de la seguridad, cometió abusos brutales. Las víctimas fueron miles: militantes, estudiantes, trabajadores, pero también gente común que quedó atrapada en el medio.
¿Por qué ahora?:
La desclasificación llega después de décadas de reclamos de familiares, sobrevivientes y organismos de derechos humanos. “Queremos saber la verdad completa, no solo una parte”, dijo Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo, en una entrevista reciente. El gobierno actual decidió abrir los archivos como un gesto de transparencia, aunque no todos están conformes: algunos creen que falta más información, mientras otros temen que se usen estos datos para reavivar viejas peleas políticas. El video de Casa Rosada, por su parte, generó polémica al plantear que la “memoria incompleta” ha servido para justificar una visión sesgada y borrar a las víctimas de la guerrilla.
Qué significa esto para los argentinos?:
Para el ciudadano de a pie, estos documentos y el debate que traen son una oportunidad de entender mejor el pasado. No son fáciles de digerir: hay dolor, nombres de seres queridos que ya no están, y relatos de una Argentina dividida. Pero también son una herramienta para que las nuevas generaciones sepan qué pasó y por qué seguimos hablando de esto 50 años después. La justicia también podría beneficiarse. Los archivos pueden servir como prueba en juicios que todavía buscan condenar a los responsables de delitos de lesa humanidad. Y para las familias que aún no encontraron a sus desaparecidos, cada página es una esperanza de hallar una pista.
Un paso hacia adelante:
Hoy, 24 de marzo, mientras se conmemoran 49 años del último golpe militar, Argentina da un paso grande hacia la verdad. No es el final del camino: quedan preguntas sin responder y debates que no se apagarán fácil. Pero con estos archivos sobre la mesa, y con planteos como el del video de Casa Rosada, el país tiene la chance de mirarse al espejo sin filtros, sin banderas ni excusas. La historia no se cambia, pero conocerla a fondo puede ayudar a sanar y a no repetirla.
~La verdad nos hará libres, y la vida sin libertad no es digna de vivir~
muerto antes que descafeinado
Mirá qué raro. Hasta un poco me caés bien. Un libertario que no destila odio y hasta nos quiere convencer que Milei es bueno para todos.
¿Podés seguir sosteniendo que todo va a estar bien al borde de una devaluación?
Sobre este artículo, bueno. Los archivos que Milei anunció ya habían sido desclasificados durante el gobierno de Alberto y la teoría de los dos demonios es de mala leche o de ignorante. De un lado estaba el Estado y del otro no. Fin. No hay nada que discutir.
Fijate que tu ponzidente lo entiende perfecto: en el caso $Libra dice q es un acuerdo entre privados porque si dice que lo hizo desde el Estado (que es lo que claramente pasó) la pena es mucho mayor.
Gracias por leer, abrazo.