La luna ya te arruyo

te cubrió con su noche,

llenó el silencio 

de historias pasadas

falsas y verdaderas,

despejó tus miedos

y te prestó los suyos.

Acaricio tu mano

besó tu frente

escucho tus preguntas

parió sus respuestas

se quedó cerca

te cantó canciones

te rodeó de cielo.

Ahora te contempla distante

te abrió el espacio

espera que descanses a salvo

y que cuando despiertes 

por la mañana

seas por fin 

tu propia luna.

.

.

.

 . 

(Imagen: de Gervasio Troche en «dibujos invisibles»)