Un día llegaron ellas: a contestarnos las preguntas, a enseñarnos cómo saber escuchar nuestras propias ideas.

Y nos dijeron: 

-Es su momento, no se callen, las voces que buscan justicia llegan lejos.

Y nos dijeron que podíamos, y nos brindaron un sueño, nos hicieron capaces de sentirnos dueñxs de estos tiempos.

A través de una pantalla.

A través de una pared completamente estática hicimos un hueco, y la movimos.

Y construimos una máquina de anhelos para asomar el cuerpo.

Y abrazarnos.

Y encontrarnos.

Para asomar el pensamiento.

Para susurrar un: «no estamos tan lejos».

Y fuimos realistas.

Y pensamos en lo que se necesita.

Aprendimos teoría.

Pero lo más bonito fue llevarlo a la práctica.

Lo más bonito fue expresar lo que padece un adolescente en estos días.

Ellas se hicieron pequeñas para oírnos, ellas se agacharon para entender nuestro mundo. 

Y entonces rejuvenecieron.

Ví a mis profes interpretar el papel de alumnxs, solamente para vernos con ojos de ilusión, con ojos de ilusión, con ojos parecidos a trozos de sueños. Y cuando estuvimos en la misma sintonía. Repetimos juntxs: 

La educación sexual integral existe pero nosotras podemos darle más intensidad.

La educación sexual integral es un derecho, pero sobre todo es una oportunidad. ¡Vamos por ello! Y nos divertimos, e incluímos al mundo entero. Y al final terminamos resumiendo:

ESI.

No se dan idea todo lo que significan estas tres letras.