Renacer
A veces cuestiono la razón por la que escribo poesía al principio sólo me gustaba escribir lo que pensaba hasta
Y en la noche muero al recordarte, porque sé que en la mañana no sentiré tu aroma, pues tu presencia
Dulces y sutiles plegarias que se desarman en sollozos; hay una niña que perdió su fe y no sabe cómo
Estoy harta de ser mi propia enemiga. Estoy harta de ponerme obstáculos para conseguir las cosas que quiero. Estoy harta
lo busco a tu nombre le busco un lugar un abismo al rio lejano una puerta y una escalera le
Las gotas caen cesantes sobre mi piel impenetrable se derraban en laberintos sin sentido deambulan por mi cuerpo y se
—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, ¡te gané estúpido! ¡Tengo seis! —No me ganaste nada, esa está partida. — ¿Qué