Mi derecho a la queja (poema)
¿Por qué no me debería quejar? voy a quejarme cuanto quiera hasta que se solucione mi desdicha Una queja es
Durante mucho tiempo la pregunta fue por el ser de la literatura y después se pasó al para qué sirve la literatura. Más sensata que la anterior, esta pregunta dio lugar a muchísimas repuestas, casi infinitas según la posición adoptada. La literatura puede describir cómo echan humo las chimeneas de las fábricas o puede tomar la palabra para afirmar su propia imposibilidad de hablar.
El asunto es que, como designa un vacío, la literatura es siempre lo que pasó antes. Por eso se frustraron los intentos de fijar una definición. Cada vez que se dice “es esto”, la literatura ya está en otra parte.
Igual que en las Metamorfosis de Ovidio, cuando a Filomela le cortan la lengua y la encierran, pero igual se las arregla para contar su historia: la borda en una tela. Luego se convierte en ruiseñor, y quién sabe qué más ocurrió después.
Como en el mito, la literatura no tiene otra obligación que la de mutar. Dicho de otra manera, la literatura es siempre lo que está por venir.
Juan José Guerra
¿Por qué no me debería quejar? voy a quejarme cuanto quiera hasta que se solucione mi desdicha Una queja es
Me tengo que gritar para comprender, tengo que chocarme contra la pared a voluntad propia para realmente aprender, porque si
Para mí fuiste una lección Y para vos yo un aprendizaje Para mí fuiste dolor Y para vos un viejo
He abierto mi pecho y he colocado mi corazón entre tus manos en un vano intento porque me puedas ver.
En un abrir y cerrar de ojos lejos escucho tu voz. la caricia instintiva de tu mano, la mirada
La espalda de una se convierte en un mapa un territorio colmado cuando se quita tantas cargas todo eso que
HIJA está en su habitación rodeada de otras tres maletas. Está arrodillada preparando la última de las tres. Guarda el