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DANIEL DURAND: «EL ESTADO Y EL SE AMARON»

SEIS POEMAS DE «EL ESTADO Y EL SE AMARON» O EL ARTE DE ESCRIBIR EN FA MAYOR

Luciérnagas de febrero.

las luciérnagas son una pija en cualquier poema, cualquiera que pone luciérnaga en un texto es un quemeitor, pero esa noche del apagón de luz que duró seis días, el Once estuvo de fiesta, la policía no andaba y ,las putas para que las vieran los clientes, salieron a trabajar con linternas, estaba re bueno, y así te llamaban, haciendo pestañear unas linternas pequeñas de colores, yo iba caminando para Once por La Rioja el jueves como a las dos de la mañana y veia para adelante un montón de linternas pestañeando: las putas de este barrio, luciérnagas de febrero

(Marquina, 2006)

Marquina en la mañana reparando los rastros que la debilidad le deja cuando duerme.

no permitas que nadie te enseñe a escribir, no dejes que, nadie te de indicaciones, no te desalientes, no preguntes, aprendé solo, fijate que la inmensa mayoría es basura, que no te guste lo que escribís porque le gusta a la que te gusta, si lo que escribís le gusta a la que querés tira todo eso, dejá lo que no entendés, no tirés nunca lo que te da vergüenza, poné los nombres verdaderos de tus parientes y amigos, si los cambiás vas a ver que ya no existen, y no se puede escribir del que no existe, no dejes que nadie te alabe, cuando te digan que es muy bueno lo que escribís empezá con otra cosa, si se te ocurre un poema escribí en prosa, si te viene una novela, escribí un poemita, nunca corrijas textos que sabés que pueden mejorar, corregí lo que no te acordabas que existía, no te olvides que los bailes estan cargados, alguien los puso ahí para que vayas y creás que podés contarlos, escribí de lo que va a pasar como si estuviera pasando, inventá una escritura biográfica, no dejés que la realidad destruya tus papeles, cambiá la realidad para que se parezca a lo que escribís, si cogés que sea para contarlo, no te encames por amor, nunca, si sufrís que sea para darle existencia a un personaje, no dejés que la experiencia te sirva para algo fuera de la literatura, sé un perro, siempre, apostá al caos, el tiempo después ordena todo, lo junta, la gente le pone nombre a todo lo que hiciste, no hagás caso, de nada, no sirve más estar triste por lo que pasa, los que te destruyeron te odian, nunça olvides eso, los que te odian te envidian, no hay vuelta, los que te envidian te aman, y no olvides que esa noche de gloria es eterna y sirve para siempre, nunca vas a poder quejarte. ah, me olvidaba, hay que borrar todo esto…

(Marquina, 2006)

Ars téxticum.

como primera medida hay que declarar que no es que no sepamos nada de nada, algo sabemos, pero todo re confuso y pantanoso.
yo quisiera ser un fabro, con una pentium XXIII 43000 megajertz de velocidad y el último word, el más moderno con programas para dibujo y diseño y corrección y perfeccionamiento incorporado y madre y padre y plata que sale de un cajoncito y sanguches de jamón que salen finitos por la ranura de la disquetera y un chorrito de coca fría que sale por el orificio de los auriculares y un ángel atrás que nos cuida las espaldas y detrás del ángel un asesino que nos traspasa de un balazo que atraviesa
ángel, yo y máquinal y todo se acaba de un plumazo

(Marquina, 2006)

Malpaso olvida su vanidad, recupera su soberbia.

primero te digo que toda la poesía es una verga, nunca leí un buen poema, excepto el libro 5 del Paterson de Williams que salió publicado en el cordillerano, después no queda nada, eso ahora que recién me levanto, y es verano y hace mucho calor y es jueves 4 de la tarde y no tengo obligaciones y tampoco necesito en este momento alguna certeza, no necesito que algo esté bueno, algunas mujeres (eso quiere decir absolutamente todas) primero se entusiasman con un croto y lo idolatran y respetan su falta de egocentrismo, pero al rato ya se aburren que no haya en la casa problemas laborales, y que la ausencia del dinero no sea un trauma para el dueño de la poronga traumada, como la de Dalí que sólo eyaculaba en la masturbación, yo sé que todos los poetas son muy malos, y todos tienen problemas de eyaculación, yo acabo tarde vos acabás temprano, él no acaba nunca, ellas no acaban nada, guardan todo, un río que en el callejón absorbió mi calzoncillo, un río que había adentro de su concha, yo exprimi el calzoncillo en la oscuridad y un chorro, no gotas, cayó al piso, ella en vez de maravillarse o creer en eso para siempre, prendió un cigarro, y con la otra mano quedó enrulándose los pendejos mientras miraba perdidamente el edificio de los militares cilíndrico de Carranza, los poemas y los textos son todos una mierda, el 68 va para el Once, un sesenta va para Fleming. Ahora que nada me tiene que gustar nada me gusta, voy a visitar a mi esposa que tuvo un hijo con un guitarrista el día de mi cumpleaños, voy a contarle todo lo que te quise para que ella me siga queriendo. No veo brillar ninguna bisagra de acero, estoy lejos y nada me une a lo que ya no veo

(Marquina, 2006)

Nekotai


Los japoneses no tenían palabra
para decir corbata, la punguearon
del inglés, pero la enponjearon:
neko de neck, cuello;
tai de tie, cola.
Sakurako vino a filmar la correntada,
de traje, en febrero, quiso hacerse
una corbata con forma de dorado, dijo que
los pescados son como corbatas y quiso
hacerce una con cuero de dorado.
Nekotai, nekopez, nekotai, nekopez,
sonriente repetía medio tildeitor

y filmaba:
las corbatas y los peces tienen la misma forma…

y filmaba:
las corbatas y los peces tienen la misma forma…


(Vieja del agua, 2006)

Mariposas non salutant


Flores


Detrás del ventilador gris
una rosa blanca
se inclina hacia las paletas
cuando comienzan a girar.
Las aspas, el remolino la absorbe,
pulveriza la flor
y la dispersa hacia adelante junto con el viento,
pétalos licuados en la brisa fresca del Yelmo,
jugosos caen rectos desde el aire, se pegan en el piso
y en mis hombros.
Detrás del ventilador el cabo pelado
todavía vibra recto verde vacío.

(Segovia, 2006)

Daniel Durand nació en Concordia, Entre Ríos, en 1964, vivió en Buenos Aires, hasta 2015, año en el que se fue a a vivir a Filipinas. Fundó la revista 18 whiskys, y las editoriales, Ediciones del Diego y Colección chapita, está última sólo dedicada a los poetas jóvenes y a las traducciones de poetas extranjeros. Libros publicados:  Vieja del agua y El terrible Krech (Ediciones del Diego); La maleza que le crece, Segovia (Selecciones de Amadeo Mandarino), El cielo de Boedo y Ruta de la inversión (Gog y Magog) y El estado y él se amaron (Mansalva), entre otros. Tradujo a Tu Fu, John Berryman, Craig Raine,Peter Ackroyd y Delmore Schwartz, entre otros. Es, para mí, uno de los poetas mas importantes vivos de Latinoamerica.

APUNTES DE LECTURA:

Hay algo de la oralidad que es necesario dosificar en la escritura, aún cuando digamos que la vida es una herida abierta, el hecho de escribirla resulta ser un movimiento afirmativo: en el interior de las posibilidades de plantear los modos de escribir, es imposible escindir, los modos de entender el lenguaje y de redefinir los materiales que componen a la lengua en su contexto. Si hay, incluso, un punto adyacente en donde convergen los distintos sistemas: ese punto es el lenguaje, no solo como una acuñación arbitraria, como diría Sausurre – quien propone también comprender al lenguaje en términos de relacion cultural atendiendo a él como una organicidad semántica- sino, incluso, como una unidad vital en sí misma. Pienso en Sergio Raimondi, cuando citó a Zukofsky en claseo reconociendo que no existen pequeñas palabras en la poesía, o; «un poema que piensa a la poesía , propone múltiples formas de leerla, escribirla, organizarla y definirla». Hay una propuesta atómica en la poética de Durand, que violenta el lenguaje y se asienta en el registro, no es que existe la negación de la lírica, sino una redefinición fundando ciertos principios llenos de gracia, conmoción, incomodidad y oradando sobre un terreno poco experimentado en nuestra literatura nacional: las aparentes malas palabras, la alteridad. Marcelo Leites escribió que: «la necesidad de cambiar de registro fue siempre la mayor obsesión estética del poeta: variar de un texto a otro, no quedarse en el mismo lugar, ser flexible a los cambios temporales, espaciales, personales, sociales». Este detalle implica un ejercicio de atención a lo que ocurre, que parte de un lado creativo y va en contra de la repetición. Durand, escucha, observa, vive, y escribe. Cómo en el caso de Kovafis, en la Argentina de principios del 2000, había un poeta como ningún otro, alguien que hablaba del pasado como si estuviera ocurriendo y del futuro como si ya pasó, Daniel Durand es ese poeta…

Lucas Nicolás Quiroga

@lucasnicolasqu

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