Puedo encontrar la duda en todas las cosas o las cosas entre todas las dudas creíble fuerza de encenderse.
Equívoco ese falso dominio del tiempo, escucho un blues los sonidos mutan oxigenado en la armónica, buscando el final de aquel cuento, como las vueltas a las vidas en el contacto otoñal, que su prisa entre el polvo norteño junta gotitas del rocío y en la media mañana los pájaros estarán picoteando la calle arenosa.
En las dudas, tiempo del pensamiento quizá encontraba reflexión en el recorrido de algún poema al azar
Leía en voz alta dando una entonación particular a los versos, como dando vida a cada frase, una lectura apresurada, releo el título del libro “Algo hace que las cosas cambien”
como un marcador repitiéndome “Algo hace que las cosas cambien”“Algo hace que las cosas cambien”
Retomé la página, impostando exacerbado mutismo, una voz con vidas se sublevaba nítida en ese silencio.
Las seguidillas de la tinta en el papel aliándose en estos ecos.
Rasgos de algo, algo se exhibía.
Contemplando todo aquello remiso a tregua al fin de las palabras, de las pausas, de los puntos.
Vuelves como lluvia,
como espera,
como vidas.
Mirando todo dispuesto a otra partida con el sol arriba, en este amor a las palabras escritas, saben de mí las letras, la misma relación nace en la pulsación del renglón, de las voces, de los silencios, de los cambios, siendo cosas o siendo dudas.
Y volver, volver a encontrarte entre mis dudas o entre mis cosas.
Escribiendo encontré una pasión y así como se viven las pasiones escribo.
Mi corazón no tiene dudas… Cada vez que te leo, él se estremece…
gracias siempre