No ven mis ojos
¡Y aún así los convoco, y aún así duelen! Y no funcionan y se hacen de noche las puertas de
¡Y aún así los convoco, y aún así duelen! Y no funcionan y se hacen de noche las puertas de
Nunca nadie, tierra, todo es siempre un nunca nadie. Ni en la casa, ni en parques, ni en los huesos
Lectoescritura; vana palabra. Cuando leo, me escribo, se me escriben las venas como río de tinta y mis piernas toman
Me rebalsan los insomnios de las bolsas de compras fundamentales. Mis ojeras se escapan de mis tierras y se nacionalizan
Polifacético el arte (tantas caras como tantos humanos en el mundo), y no nos ayuda para nada. Ni siquiera entreteje
¡Cuánto has vivido, Ernesto! Y sin siquiera desearlo. Centenario Ernesto, Erguido en hierro Ernesto, Es un monumento a la vida
Creerse mas que dios de golpe, darse, por golpe de suerte, la nada en la calle. encontrarme a mi mismo
Dice Pessoa: «No soy nada, nunca seré nada»¹. yo digo: Soy únicamente la nada, y me tocara serlo siempre. Destinado
No soy yo este de aqui, tan abajo, casi nunca visto. Esta existencia cadaverica; un Yo por antonomasia. No soy