Cielo
no te conocí sentada en el pasto pero se sintió igual de vasto, vi atardeceres azules, violetas y rosas en
Tengo que admitir que mi ego muchas veces no me deja ver con claridad. Tengo que admitir que mis palabras
amanece y ya está con los ojos abiertos La oscuridad absoluta podría ser un consuelo pero se filtra una luz
Las tardes ya saben a canela la espuma del mar se ha convertido en la de café las nubes grises
Ella. Ella nunca quiso ser madre. Nunca quiso cargar en su vientre nueve meses a un parásito, a un buitre,
Te observo rodeado de gente, rodeado de edificios, rodeado de excesos: de multitudes, de pares, de un mar de gente,