Choque de Universos
Y en las calles donde paso día a día, como siempre distraída levantaré sin querer la mirada Entre bailes y
Quizás la mejor manera de escribir sobre música sea justamente en ese preciso momento en el que la estamos escuchando o, también otra opción puede ser, lo que podemos denominar “efecto posterior” ¿Qué vendría a ser ese efecto? El eco que queda resonando en las paredes de nuestro conducto auditivo y se pasea entre vaivenes por nuestro cerebro, luego de escuchar una pieza musical.
Lo llamativo de escribir “sobre música” es seleccionar otro lenguaje, las palabras, para hacer referencia a sonidos, porque no nos alcanza con contemplar, también tenemos que hablar de lo que genera, cómo se constituye para producir sensaciones y, por supuesto, lxs artistas encargadxs de hacernos experimentar “algo” (sea lo que sea que signifique ese “algo”). Entonces, expandimos, estiramos, retorcemos, llenamos espacios vacíos con oraciones referidas a la música. Aunque, es importante hacer una pequeña salvedad: no se trata de “traducir” lo musical a otro lenguaje distinto, sino que por medio de este último realizar una efusiva invitación a quien lee de escuchar y vivir también un “algo” con esa canción, disco, grupo, artista. Además, no olvidemos que en muchos casos la música está constituida de una parte lírica, lo cual nos da desde la letra en sí misma el hilo perfecto para estirar y armar todo un mundo de palabras a partir de eso.
Y en las calles donde paso día a día, como siempre distraída levantaré sin querer la mirada Entre bailes y
que tranqui piola vida la del que arranca del mundanal ruido y sigue la escondida flecha por donde han ido
Espero ansiosa la noche En qué salgas de vuelta. Directo a mi casa Sabes dónde queda. Unas cervezas y alguna
«La sensación de ser el árbol más alto del mundo y no tener con quién hablar, De encontrar cerca la
Esta hoja en blanco amenaza mis nochesya todos saben que no soy especial.Está que arde tu manera de amarmeMe prendo
Tus acordes fueron fuente de inspiración. Y los hoyuelos de tu sonrisa tímida Me robaron algún que otro suspiro. Entonces
no quiero abrirlo, ¡me aterra! quiero encadenarlo, hacerlo una caja fuerte y mandarla al espacio; porque no, no quiero ver